sábado, 11 de febrero de 2012

Un pergamino hallado en la biblioteca

En la ultima sesión Duncan y Gabriel estuvieron revisando la biblioteca de Rain en busca de información sobre la casa Damaris. No encontraron mucho, pero Duncan pudo notar un detalle llamativo en uno de los bocetos de la bitácora de viaje Habar Nabul, un escudo de armas que reconocía como ajeno a la familia Damaris, pero cuya fuente no pudo identificar.

Mientras el noble y la hechicera elfa  trataban de encontrar alguna pista respecto al detalle en el boceto, un lanzamiento afortunado le permitio a Ilain (el personaje de Jose) dar con un curioso pergamino en el que se detalla un escudo heráldico similar al de la ilustración.



Las sombras sobre Amaralos
por Oserwald

Oh Merg ¿qué nos ha traído hasta aquí? a la lluvia del fin del mundo, ni los relámpagos en la tormenta  producen ya ruido alguno. La abadía de Amaralos ha sido visitada por la infortuna. Soy prisionero de mi propia celda y escribo esto con la esperanza de que al arribar sepas cual ha sido el destino de vuestros hermanos.

Una semana ha pasado desde que llegaron los hombres de Ferham. Decían que buscaban un idolo perdido en lo más profundo de las catacumbas y nosotros les advertimos que en Amaralos sólo adoramos a Asithlee y sólo Asithlee zumba en las paredes de Amarolos. Trajeron miel como es costumbre entre los peregrinos y se adentraron en la oscuridad sin atender a ninguna advertencia.

La primera noche las flores del jardín comenzaron morir y a la mañana siguiente el hermano Nhilus murió presa del horror, gritaba que había visto algo escurrirse por la ventana. Ayer las alimañas se tomaron la cocina y arruinaron nuestras provisiones para invierno. Al anochecer los hermanos Greugfo y Jeremas se adentraron en la oscuridad, pues temíamos que Ferham usase nuestras cabezas para adornar las lanzas de su castillo, si osábamos encerrar a sus soldados en la oscuridad que ellos mismos habian venido a buscar. Greugfo no volvió y Jeremas regresó con un pedazo de tela, la flor espinosa de cuatro pétalos era adornada por un rastro de sangre en lo que otrora fuera el tabardo de un soldado. Así supimos que esos hombres jamas saldrían de ahí.

Decidimos cerrar la puerta. Jeremas se encargaría de realizar el ritual de sellamiento, mientras yo rezaba a Asithlee pidiendo consuelo por la perdida de nuestros hermanos; fue en ese momento en el que Jeremas desapareció. Se que al leer estas ultimas palabras dudaras de mi historia Merg, pero fue asi, el hermano Jeremas desapareció sin dejar rastro alguno. La puerta estaba sellada y no quedaba nadie en todo el monasterio salvo Asithlee y yo... y algo más.

Me he encerrado porque dudo que me encuentre sólo Merg. Algo emergió de esa oscuridad. Si arribas de tu viaje pasado el invierno, no te quedes aquí, llévate a nuestra querida Asithlee a otro templo, donde el canto de otros buenos monjes traiga su favor para los peregrinos. Esta tierra esta maldita como su rey.

Alejate Merg aléjate.

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